Dando vueltas en bici con Manu me pega el grito "¡Una tortuga!". Estaba en medio de la calle a la vuelta de casa, parece que venía del zanjón.
La "rescatamos" y la llevamos (bicho grande y malhumorado, tirando dentelladas, agarrado con una mano andando en bici, not easy).
Organizamos y partimos en camioneta hacia algún arroyo por el campo.
El momento cúlmine.
Agotados tras la larga tarde de ecologismo.
La yapa: exótica y milenaria cara sumergida en el fondo del arroyo. Para mi que la hicieron los mismos ovnis que andan por la laguna.
¡Y por qué no la juntaron a la máscara!
ResponderEliminarUna vez nos tiraron una en el patio de casa (eramos los que tenían tortuga en el barrio y cualquier pobre bicho que se cruzaban iba a parar a casa). La llevamos lo más cerca que pudimos del río (fue un año de inundaciones) y fue increíble verla irse nadando por los bañados.
ResponderEliminarNo sé cómo no le pintaste un Nestornauta en el lomo!
ResponderEliminarPeor que eso, le lavé la cabeza y la mandé a convencer a los otros Illias del arroyo.
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