12 de febrero de 2012

La calzada

Hay la Alta Extremadura, o tierras de Cáceres, y hay la Baja Extremadura, que es Badajoz. Corre las tierras altas un río encajado: Tajo, por las bajas, Guadiana: un río divagante.
Un río, un camino... Muchos son los caminos de Extremadura. Caminos que van y vienen, y surcan, atrochan, riegan el mapa de las Extremaduras. Como de siempre, tienes el camino de piedra: la Calzada.
A un lado y a otro lado, siguiendo esta calzada, se te aparecen las ciudades, frutos de construcción entre cuyos muros presientes el legado -el alma- de la raza y todavía alienta la voz de los muertos.
Media docena de calzadas tendió Roma para comunicar esas ciudades. De todas sus calzadas yo me quedo -y por ella te echo a andar- con la Vía argentea o Camino de la Plata.
Primer meridiano de Extremadura, la Vía de la PLata sube en busca de Astorga, Asturica Augusta, Asturias de los cismontanos, donde la tierra es bermeja, pámpana el campo, y los pueblos rodean en ejido con lagares. Sobre la piedra antigua, la carretera corta secas barrancas de cardos.
Pero imagínate -no que vas- que vienes, a contra Calzada, y es un desierto de luna, blanco feldespato loco mirando a Tordesillas, turbión el Duero, revuelto, a sus pies.
Bien has visto cómo el Orbigo tuerce en servicio del Esla. También ellos andarían por aquí, Toral de los Guzmanes para abajo. Amasando tierras que tú no ves porque se las han bebido los embalses.
No te sales de la Calzada, y es esto: roja en Benavente, pedrera parda, áspera del Sayago. A la mano izquierda se expanden los campos de la Lampreana; a la derecha, el puente -la puente, se escribía- de Manzanal. Pasas, y en Zamora. Ciudad para estar, y hasta para quedarse, duele que ahí se te diga: "¡Vamos!"
Paralela, se descuelga la raya con Portugal. Cruzando el Duero, los nombres se nos confunden: sobre pizarras visigóticas, tú lees: Bajo León; y yo a la par: Alta Extremadura. Tierra de pan orilla el río; tierra del vino en frente, a la otra orilla. Se vislumbra, "alto soto de torres", Salamanca.


(Del libro "Extremadura, La Fantasía Heroica" de Pedro de Lorenzo)

Tan densas de historia, referencias, cultura, mito, citas, frases memorables, cada página, sus 360 páginas. Un libro para digerirlo la vida entera, mientra hace resonar como campana mi fibra extremeña, hundida, lejana y profunda, pero sensible a estos sones.

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