26 de enero de 2010

Comentario

Hoy, o ayer, o sea hoy a la mañana, me levanté jetón y por qué no, egoísta.
Así que voy a, en un sólo paso, vociferar y auto-citarme, dos de los peores pecados de la internet.

Alguien comentó en un blog (y abajo mi comentario):
A kirchneristas y anti-kirchneristas, los invito a leer un discurso pronunciado en 1880 por Juan Bautista Alberdi, que es de una actualidad increible:

http://www.panarchy.org/alberdi/estado.1880.html



¡Ah, el siglo XIX, con todas las ilusiones intactas y el positivismo tan campante! Claro, después falta analizar un poquito el siglo XX, donde aquella nación tan próspera, repleta de egoísmo bien entendido y sin patriotismos cuasi místicos, metió baza en dos guerras mundiales y en varias guerritas menores de índole racial, política y económica, incluyendo bombazo nuclear. También estaría bien preguntarse cuales son hoy las condiciones de vida en la tierra de la libertad del norte; libertades que, tengo entendido, están bastante reducidas en aras de "la seguridad nacional", y libertades que aparte no garantizan el estado de bienestar ni mucho menos; libertad de ser pobre, negro, de no tener seguro médico. No intervencionismo del estado que se acabó en el '30 y en el '09, donde los paladines de la libertad individual salieron a pedirle a su estado (a todos los estados!) que los salven de la debacle de sus riquezas en la que ellos mismos se habían metido. Conclusión: venimos ahora a enterarnos de que la culpa de todos los males de la Argentina, es que los pobres sojeros no tienen la libertad de enriquecerse todo lo que quieran, a costa del empleo, del futuro de las tierras y de unas condiciones económicas internas que bancamos entre todos. Mirá vos.

1 comentario:

  1. Juanro: No tengo muchos elementos para opinar. pero igualmente voy a hacerlo...así que te pido disculpas, si por ignorancia histórica o política cometo alguna barrabasada. Creo en el intervencionismo de estado, cuando es para beneficiar a los más que tienen menos, cuando es para otorgarles la libertad que da la educación, la salud, la posibilidad de sentirse digno. Cuando el intervencionismo de estado se hace con pleno conocimiento de la situación ... en el caso de la soja me parece que hay aspectos que no se tuvieron en cuenta. Creo que solo algunas personas (que no soy yo presisamente) tienen la formación para tratar el tema y diseñar planes a largo plazo. Hay muchos conceptos involucrados. Agronómicos, economicos,de mercado, históricos y principalmente socioculturales.
    Y algunos conceptos básicos que se pierden y transgiversan. No podemos achacar las culpas a quienes se vieron favorecidos por las malas políticas. Porque cuando en los 90' los pequeños y medianos productores agropecuarios desaparecieron en su grán mayoría, no se les echó la culpa a quienes tenian un sueldo fijo, se compraron la casa, el auto, y se iban a Europa.
    Desgraciadamente tenemos esta plantita de mierda entre nosotros, pero las políticas deberian haber sido preventivas, ahora la cagada ya está. Es más facil sembrar soja e irse al bar, a tomar un café, que esperar dos años, que nazca un ternero engordarlo y venderlo. Considerando además que la industria agropecuaria debe ser de las únicas tomadoras de precios, a los dos años no se sabe cual va a ser el precio de venta... Al margen.. Se deberían haber diseñado políticas que fortalezcan la lechería y la ganadería, y otro día si queres hablamos de eso.
    La sojización hace que el el predio donde antes vivian y trabajaban 200 familias. Ahora se enriquezca una empresa. Y trabajen unos pocos.
    Fallamos en las formas, en los planes a largo plazo, en la formación de quien diseña los planes. Fallamos en la soberbia. Fallamos en los valores. Fallamos en los conceptos.
    La tierra no de quien la posee, de quien la alquila, o de quien la trabaja, la tierra es de las generaciones venideras, nos estamos olvidando de eso.

    Todos tenemos un concepto de mundo y de hombre. El mio es que el mundo tiene que ser para todos. Y que el hombre tiene que ser digno.
    La dichosa plantita nos quitó un poco de las dos cosas.

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