La cuestión es que este amigo publicó lo siguiente:
La situacion por la que pasamos los argentinos podria resumirse asi: Es un partido de futbol de corruptos contra ciudadanos comunes. Los ciudadanos comunes se quejan pero no participan, no corren, no se organizan. Los corruptos tienen entonces la cancha toda para ellos, corren, hacen goles, se organizan. Eso es lo que logra la gente que critica y no se compromete. Si no haces nada, la critica pierde validez.
En general el tono de la arenga me parece correcto, incitando a la participación. Modesta, local, una participación aunque más no sea a través de la opinión en el reducido círculo de las amistades. Hasta ahí todo coincidencia.
Pero quería objetar esa parte del texto donde parece separar a los corruptos de los ciudadanos comunes. Los corruptos SON ciudadanos comunes; los ciudadanos comunes SON corruptos. Los políticos, el gobierno, los corruptos, no son extraterrestres que llegaron del espacio exterior a sojuzgarnos; son una manifestación visible de nosotros mismos. En segundo lugar, tampoco creo del todo en eso de que si no hacés nada la crítica pierde validez. Digamos, no es lo mismo que yo diga que los porteños son todos unos sucios descuidados y que las calles son un asco, mientras tiro el papel de mi chocolatín a la vereda (en este caso es cierto que la crítica no tiene validez, pero no por inacción justamente). Ahora si yo tiro mi papelito a la basura como corresponde, y objeto que los demás son todos unos mugrientos, no es necesario que me ponga a levantar uno por uno los papelitos de los demás para validar mi crítica. De todas maneras, creo que es una cuestión de sentido común, más que de santidad absoluta.